Unidad de Columna

Si sufres de dolor de espalda o problemas en la columna, en INCRA, estamos aquí para ayudarte.

Abordaje Integral para el Cuidado de tu Columna

En INCRA, entendemos que la salud de la columna vertebral es fundamental para el bienestar general. Por eso, ofrecemos un enfoque integral para tratar las patologías de la columna, combinando la experiencia de nuestros médicos con el apoyo de un equipo de fisioterapeutas altamente capacitados.

Nuestra misión es aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes, ayudándoles a regresar a sus actividades diarias sin limitaciones.

Servicios de nuestros procedimientos

Preguntas frecuentes sobre la Unidad de Columna

Conoce las preguntas más recurrentes relacionados con patologías en la columna.

¿Cómo se diagnostican los problemas de columna?

El diagnóstico de problemas de columna se realiza a través de una combinación de métodos, que incluyen:

  • Historia clínica: El médico revisa los síntomas, antecedentes médicos y actividades del paciente.
  • Examen físico: Se evalúa la movilidad, fuerza, reflejos y sensibilidad en la zona afectada.

  • Pruebas de imagen: Se pueden realizar radiografías, resonancias magnéticas (RM) o tomografías computarizadas (TC) para visualizar la estructura de la columna y detectar anormalidades.

  • Pruebas adicionales: En algunos casos, se pueden requerir estudios electromiográficos o análisis de laboratorio para descartar otras condiciones.

Existen varias opciones no quirúrgicas para el tratamiento del dolor de columna, que pueden incluir:

  • Fisioterapia: Ejercicios y técnicas de manipulación para fortalecer la musculatura de la espalda y mejorar la movilidad.

  • Medicamentos: Antiinflamatorios no esteroides (AINEs), analgésicos y relajantes musculares para aliviar el dolor.

  • Infiltraciones: Inyecciones de corticosteroides o ácido hialurónico para reducir la inflamación y el dolor.

  • Manejo del dolor: Técnicas como la terapia cognitivo-conductual, acupuntura y tratamientos de calor o frío.

  • Modificación de actividades: Cambios en el estilo de vida, como la mejora de la ergonomía en el trabajo y la adopción de hábitos de ejercicio.
  1. Cirugías mínimamente invasivas: Los pacientes pueden regresar a actividades normales en unas pocas semanas, aunque se recomienda evitar actividades físicas intensas durante al menos un mes.

  2. Cirugías más complejas: La recuperación puede tardar varios meses, con un programa de rehabilitación que puede durar de 6 a 12 semanas.

  3. Seguimiento: Es importante asistir a las citas de seguimiento para monitorear el progreso y ajustar el tratamiento según sea necesario.
  • Tratamientos no quirúrgicos no han tenido éxito: Si los tratamientos conservadores no han aliviado el dolor o los síntomas durante un tiempo razonable.

  • Síntomas severos: Cuando hay síntomas graves como debilidad muscular, pérdida de control de la vejiga o intestinos, o dolor incapacitado.

  • Condiciones estructurales: Si hay anormalidades significativas como hernias discales grandes, estenosis espinal o fracturas que afectan la estabilidad de la columna.
  • Calidad de vida: Cuando el dolor afecta significativamente la calidad de vida del paciente y sus actividades diarias.
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