Unidad de Dolor

La Unidad de Dolor está compuesto por médicos, fisioterapeutas y otros especialistas que trabajan juntos para identificar la causa subyacente del dolor.

Tratamiento y asistencia con la Unidad de Dolor

La Unidad de Dolor de INCRA se dedica a ofrecer soluciones integrales para el manejo del dolor crónico, una afección que afecta a millones de personas y puede impactar negativamente en su calidad de vida.

Nuestro enfoque multidisciplinario combina la experiencia de médicos especialistas con las últimas tecnologías y tratamientos para ayudar a nuestros pacientes a recuperar su bienestar y mejorar su funcionalidad. Sabemos que cada paciente es único, por lo que personalizamos nuestros planes de tratamiento para abordar sus necesidades específicas.

Servicios de nuestros procedimientos

Patologías más comunes que atendemos

Conoce las patologías más recurrentes que hemos atendido.

Dolor Lumbar Crónico

El tratamiento suele incluir fisioterapia, medicamentos y, en algunos casos, intervenciones mínimamente invasivas.

Ciática

La ciática puede necesitar un tratamiento con ejercicios, terapia física, infiltraciones de corticoides y medicamentos para el dolor.

Dolor de Hombro

Para el dolor de hombro el tratamiento puede ser fisioterapia, medicamentos antiinflamatorios o procedimientos quirúrgicos.

Artritis

En la artritis el tratamiento incluye medicamentos antiinflamatorios, terapia física y, en ocasiones, cirugía para restaurar la función articular.

Fibromialgia

La fibromialgia ocasiona dolor muscular, el tratamiento puede ser medicamentos, terapia ocupacional y técnicas de manejo del estrés.

Dolor Cervical

Puede resultar de lesiones, tensión muscular o problemas en la columna vertebral. El tratamiento va entre ejercicios, terapia manual y medicamentos.

Preguntas frecuentes sobre la Unidad de Dolor

Conoce las preguntas más recurrentes relacionados con dolores ocasionados por enfermedades traumatológicas.

¿Cómo se diagnostica la causa del dolor crónico?

El diagnóstico del dolor crónico comienza con una evaluación exhaustiva por parte de un especialista. Esto incluye una revisión detallada de la historia clínica del paciente y un examen físico para identificar la localización, la naturaleza y la intensidad del dolor.

A menudo, se solicitan estudios de imagen, como radiografías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, para visualizar estructuras internas y detectar posibles lesiones o anomalías.

También se pueden realizar pruebas de laboratorio para descartar condiciones subyacentes. En algunos casos, se utilizan estudios electrofisiológicos para evaluar la función nerviosa. La combinación de estos métodos ayuda a determinar la causa específica del dolor y a guiar el tratamiento adecuado.

El dolor lumbar puede tener múltiples causas, siendo algunas de las más comunes:

  • Hernia de disco: Protrusión de un disco intervertebral que presiona los nervios.

  • Esguinces y distensiones: Lesiones en los músculos o ligamentos de la zona lumbar debido a movimientos bruscos o levantamiento de objetos pesados.

  • Artrosis: Desgaste de las articulaciones vertebrales que puede generar dolor e inflamación.

  • Ciática: Dolor que se irradia a lo largo del nervio ciático, a menudo provocado por la compresión de este nervio.

  • Escoliosis: Curvatura anormal de la columna vertebral que puede causar dolor.
  • Estenosis espinal: Estrechamiento del canal espinal que ejerce presión sobre la médula espinal y los nervios.

Otras causas pueden incluir infecciones, fracturas o enfermedades más complejas como la fibromialgia.

Existen varias opciones de tratamiento no quirúrgicas para el manejo del dolor crónico, que incluyen:

  • Medicamentos: Analgésicos, antiinflamatorios no esteroides (AINEs), y, en algunos casos, medicamentos específicos para el manejo del dolor neuropático.

  • Fisioterapia: Un programa de ejercicios y técnicas de rehabilitación que ayudan a fortalecer los músculos, mejorar la flexibilidad y reducir el dolor.

  • Inyecciones: Infiltraciones de corticosteroides o anestésicos locales que pueden reducir la inflamación y aliviar el dolor en áreas específicas.

  • Terapias alternativas: Acupuntura, quiropraxia y técnicas de manejo del estrés, como la meditación y el yoga, que pueden ayudar a aliviar el dolor.

  • Terapia ocupacional: Ayuda a los pacientes a realizar actividades diarias con menor dolor mediante la modificación de técnicas y el uso de dispositivos de asistencia.

Sí, hay varias opciones de tratamiento mínimamente invasivas disponibles para el manejo del dolor crónico. Estas técnicas suelen implicar menos riesgo, menos tiempo de recuperación y menos molestias en comparación con los procedimientos quirúrgicos tradicionales. Algunas de estas opciones incluyen:

  1. Artroscopia: Se utiliza para tratar lesiones en las articulaciones con incisiones pequeñas y la inserción de una cámara y herramientas quirúrgicas.

  2. Inyecciones de terapia de plasma rico en plaquetas (PRP): Utilizan componentes de la sangre del propio paciente para ayudar a curar lesiones.

  3. Descompresión percutánea: Procedimientos que permiten aliviar la presión sobre los nervios o las articulaciones a través de pequeñas incisiones.

  4. Estimulación eléctrica: Técnicas que utilizan impulsos eléctricos para alterar la percepción del dolor y mejorar la calidad de vida.
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